Al octogenario Cipolini le quedó el micrófono abierto y se escucharon sus comentarios sobre tres diputadas. Lo destrozaron en el recinto y culpó a la tecnología.
La solemnidad que suelen tener las juras de los nuevos diputados fue arrancada de cuajo por un radical octogenario que hizo comentarios sobre los cuerpos de tres legisladoras sin advertir que tenía el micrófono abierto.
Gerardo Cipolini saltó a la fama a los 82 años, confirmando que nunca es tarde, luego de desatar un escándalo en la sesión preparatoria de este miércoles, en la que ofició de presidente provisional.
«¡Che, pero qué buena que está la peruca!», dijo Cipolini cuando le tocó jurar a Rosario Goitia. «Terrible», sentenció el diputado que representa a Chaco pero nació en Capital Federal.
El «descuido» de Cipolini se repitió otras dos veces y se transformó en conducta. Las otras dos víctimas de los comentarios libidinosos del radical fueron María Graciela de la Rosa y Mónica Becerra. «Che, qué linda», dijo sobre la última.
Como las apreciaciones del octogenario se transmitieron en vivo, la diputada massista Cecilia Moreau exigió que el radical pidiera disculpas.
«El presidente provisional, el diputado Cipolini, comentó ‘qué buena que está’ y eso está en todos los medios de comunicación. Creo que las mujeres somos mucho más que un buen culo, que un cuerpo, somos cabeza, somos corazón, somos idea, somos coraje y somos perseverancia. Le pido con toda humildad que pida disculpas por esta declaración pública», dijo Moreau
El octogenario Cipolini tomó la palabra y le echó la culpa al implacable avance del mundo digital: «La tecnología ha avanzado a límites irreconocibles», dijo en su defensa. «Tal vez uno sale diciendo cosas que no ha dicho», dijo en una frase que quedará en la historia. «No voy a pedir perdón por algo que no he dicho», dijo.
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