Por Daniela Pérez Feijoo:
Siempre me apasionaron las estampas folklóricas. El lenguaje de la danza es universal y una poderosa herramienta para decir cosas, más allá de la belleza coreográfica, de la destreza física, de la justeza de movimientos.
Por eso las estampas son un arte dentro del arte de la danza. Se cuenta una historia, se plantea un mensaje, se recrea un evento histórico a través de la danza folklórica.
Eso presentó el Ballet Mayor del Fortín Sureño en la noche del domingo 9, «Vida por Vidas» un alegato a favor de la donación de órganos, que ya habían iniciado en el 2007 pero ahora, con otros bailarines y otros arreglos sigue tan vigente como antes.
Hay un hecho nuevo, la ley Justina del 2018, por la cual todos somos donantes naturales de órganos, salvo que alguno manifieste no querer serlo. A pesar de eso, se pierden muchas vidas, muchos órganos, por desconocimiento, por falta de rápida acción o informe, por inoperancia de centros de salud, cada razón con su porcentaje.
Y a los datos me remito. En 2025 hay, según datos del Incucai, un promedio nacional de donantes de 17,06 por millón. Pero a que no saben cual es el promedio de Santa Cruz? 2,43 por millón.
Es decir que la tarea de divulgación es absolutamente necesaria en cualquier lenguaje que se utilice.
No es fácil elegir el camino de las estampas para los ballets. Es una tarea difícil, porque al tener una temática, hay que encontrar la música, la forma de relatar, los finales, las coreos, todo acorde al mensaje.
«Vida por vidas» cuenta una historia muy triste, pero que está tomada de la realidad santacruceña. Una bailarina que en el 2000, luego de festejar sus 15 años murió en un accidente de tránsito y unos días antes había hablado con su familia sobre su decisión de donar sus órganos. El creador del Ballet, Miguel de la Piedra, fallecido en 2019 era un especialista en contar historias a través de la danza, le dedicaba horas a la búsqueda de información y a la selección de temas, junto a su esposa y actual directora Elida Zapata.
Diseñaban juntos las coreografías y los vestuarios más adecuados para la historia. Vida por Vidas trae parte de ese diseño original de Miguel, continuado por Elida y Alejandro, su hijo, y adaptado a la nueva información.
Los temas musicales Honrar la Vida, de Eladia Blázquez y Vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez se insertan con naturalidad en la puesta y usan un recurso original para unir los hilos de la historia. Los bailarines cuentan en vivo lo que sucede, incorporando una sucesión de monólogos y pases de micrófono ensayados a la par de la danza.
El público asistente a la tercera noche del Festival mantuvo el silencio respetuoso y expectante durante la obra y el aplauso final dio paso a la expresión de una gran coincidencia con el mensaje.
Es un buen tema para tratar en los colegios, para apreciar el contenido de la estampa y crecer en un tema que aún necesita una vuelta de tuerca para que las 7335 personas que esperan un trasplante en Argentina para salvar sus vidas puedan lograr sobrevivir en el proceso.
Felicitaciones a todo el equipo del Fortín Sureño por la presentación de este año! Danza y conciencia social pueden ir de la mano y éste es un gran ejemplo!
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