
Lázaro Báez está preso en una cárcel federal de Santa Cruz. Está sin contacto con otros reclusos, encerrado en una celda mínima, con una diminuta ventana, una mesa plástica y una cama.
Los abogados del empresario poderoso durante el kirchnerismo exigen la urgente prisión domiciliaria. Aseguran que la comida que recibe, las goteras y los largos períodos de encierro deterioran su frágil estado de salud.
Báez tiene 68 años, desde el Servicio Penitenciario Federal niegan esta situación y dicen que se trata de un preso más. Este viernes se vence el plazo para que la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal resuelva el pedido elevado por sus abogados defensores para que el empresario vuelva al régimen de prisión domiciliaria en el que estuvo hasta el pasado 11 de junio.
“La situación en la que está es desesperante, comparte un baño con otras diez personas, es diabético, asmático, no socializa, a poco de llegar sufrió un fuerte cuadro respiratorio y lo debieron llevar al Hospital de Río Gallegos, hace dos días se descompuso otra vez”, detalla al diarioLa Nación la abogada Yanina Nicoletti
Fuente: La Nación