TeleSUR, Resumen Latinoamericano, 21 de febrero de 2025.
Desde el 22 de febrero de 2022, las tropas rusas realizan una operación militar especial en Ucrania con el objetivo frenar el genocidio que cometía el régimen ucraniano contra los pueblos de Donetsk y Lugansk.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia, entre los días 15 y 21 de febrero, las Fuerzas Armadas rusas realizaron 11 ataques masivos con armas guiadas y drones contra infraestructuras portuarias, de gas y energía, subestaciones eléctricas que abastecían el funcionamiento del complejo militar-industrial de Ucrania, así como depósitos de armamento de misiles y artillería, infraestructuras de aeródromos militares, instalaciones de ensamblaje, almacenamiento y lugares de despliegue de drones, al igual que contra puntos de despliegue temporal de unidades ucranianas y mercenarios.
El organismo de defensa precisó que durante las operaciones emprendidas en la última semana, siete localidades fueron liberadas, entre ellas Beriózovka, Nedézhdinka, Yámpolovka, Novosiolka, Novoocheretovátoye, en la Región de Donetsk, Fígolevka, en la región de Járkov, así como Sverdlikovo, en la región de Kursk.
En marco de estas acciones, que forman parte de la operación militar emprendida por Rusia en Ucrania, el grupo de fuerzas ruso Centro eliminó a más de 2.740 militares ucranianos y el grupo de fuerzas ruso Oeste causó más de 1.315 bajas a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Mientras tanto, el grupo de fuerzas ruso Sur abatió hasta 1.365 soldados ucranianos y el grupo Este más de 1.100 efectivos. Asimismo, el grupo Dniéper causó más de 460 bajas a las tropas de Kiev y el grupo Norte neutralizó a más de 2.255 militares. A nivel general Kiev perdió hasta 9.235 soldados en todos los frentes durante la última semana, mientras que un total de 58 soldados ucranianos se rindieron.
Desde el 22 de febrero de 2022, las tropas rusas realizan una operación militar especial en Ucrania con el objetivo frenar el genocidio que cometía el régimen ucraniano contra los pueblos de Donetsk y Lugansk, dos regiones que se separaron de Ucrania en 2014 y se unieron a Rusia en septiembre de 2022. Asimismo busca evitar los peligros para la seguridad nacional que supone el progreso de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
