El prestigioso matutino de Comodoro Rivadavia y Chubut cumple hoy sesenta y tres años de historia. La premisa siempre fue clara: estar al lado de la gente, visibilizar su realidad diaria. Más de sesenta años después del año fundacional de Crónica, renovamos nuestro compromiso de seguir informando de manera responsable y transparente a nuestros lectores, quienes sin duda han sido los mejores socios que hemos tenido en todos estos años. La figura de Don Diego Zamit sigue hoy más vigente que nunca. Su recuerdo perdura y nos inspira a ser mejores, a superarnos día a día.
El 17 de julio de 1922 nació en la ciudad de Buenos Aires Diego Joaquín Zamit, un hombre que estaba destinado a cambiar para siempre la historia de Comodoro Rivadavia, la ciudad más grande de todo Chubut.
Zamit tenía una visión a futuro sobre la forma de comunicar en Comodoro Rivadavia y nuestra provincia. Fue un estratega, un adelantado a su época. Algunos incluso lo ven como un prócer, una lectura que no es para nada errada. Porque Don Diego fue eso, al menos para todos los chubutenses. El Diario Crónica fue concebido como un matutino que traspasó la frontera de la ciudad petrolera y se convirtió luego en un faro informativo para todo Chubut.
Don Diego y Crónica. Crónica y Don Diego. Quizá uno de los mejores dúos que presenció la Capital Nacional del Petróleo. Diego Joaquín Zamit fue una persona muy importante para los chubutenses. Fue un pionero, alguien que vio una oportunidad y no la desaprovechó. No fue un simple empresario, no. Fue, quizá, el periodista más destacado que tuvo el Diario Crónica, entre otros grandes nombres que pasaron por nuestra histórica redacción. Fue partícipe directo en la consolidación de Comodoro Rivadavia como capital petrolera, porque el Diario Crónica fue también una pieza esencial en el desarrollo de nuestra querida ciudad.
Una visión pensada para el futuro
Junto a su esposa Herminia Presas, Diego Joaquín Zamit fundó en el año 1962 el Diario Crónica de Comodoro Rivadavia. Desde un primer momento, el matutino se destacó por su fuerte compromiso con la realidad socioeconómica de la gente de la ciudad petrolera.
Tal fue el éxito del emprendimiento de la familia Zamit, que en muy poco tiempo había superado el tiraje de los dos diarios más exitosos de ese entonces: El Rivadavia y El Chubut. La seriedad con la que se encaraba las noticias, el compromiso que se visibilizaba en los periodistas que escribían en Crónica, la responsabilidad a la hora de publicar información, corroborando antes lo que estaba a punto de ser publicado, fueron todos elementos que enaltecieron la figura del medio de comunicación con mayor tradición en todo Chubut.
Además de su labor periodística, Don Diego, ese pionero tan querido en Comodoro Rivadavia, fue el creador de la Corrida Internacional del Diario Crónica, evento deportivo que lleva su nombre, con el objetivo de siempre recordar a aquel hombre carismático que transformó la realidad comunicacional de la ciudad más grande de todo Chubut.
A lo largo de seis décadas, la corrida ha marcado distintos hitos a nivel deportivo en nuestra ciudad, provincia, región, resto de Argentina, y también, varios países de Latinoamérica. En un principio, solo competían atletas locales, pero con el tiempo, la corrida empezó a llamar la atención de personas de otros países, que no dudaron en sumarse al masivo evento deportivo que año a año congrega a más de mil participantes.
Don Diego, siempre presente
Muchos lamentan no haber podido conocer a Don Diego Joaquín Zamit. Y es algo bastante lógico. Cuentan que era un hombre carismático, bondadoso, y sobre todo, muy generoso. Era alguien que siempre estaba comprometido con todo el mundo.
Los periodistas que llevan más años dentro de Crónica, cuentan que él siempre bajaba a la redacción a conversar con ellos. Don Diego era lo que tenía que ser: un director periodístico presente.
Tristemente, un 12 de agosto, pero del año 2000, Diego dejó este plano. Se fue por la puerta grande. Su visión y esfuerzo no solo dejaron una marca indeleble en el periodismo patagónico, sino que también fortalecieron el sentido de identidad y pertenencia en la comunidad de Comodoro Rivadavia.