Al cumplirse 103 años de las Huelgas Patagónicas, este domingo en el cenotafio emplazado en la ruta provincial 15, en proximidad a la Estancia La Anita, se honró la memoria de los 1.500 trabajadores fusilados.
Séptimo Tomás Ruggiero, bisnieto de José Rogelio Ramírez; Alejandro Luis Gamin Benítez, bisnieto de Severo Benítez; Néstor Daffinoti, nieto de Albino Argüelles; e Isabel Soto, hija de Antonio “Gallego” Soto, familiares de trabajadores que lucharon por sus derechos participaron de un emotivo acto.
En la oportunidad, se colocó la bandera de Galicia que hicieron llegar desde Museos de Galicia y una placa traída desde Chiloé en recuerdo a los chilotes asesinados.
Luis Ibarra Philemon, integrante de la Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1921 de Lago Argentino, abrió el acto para luego cederle la palabra a los y las familiares de trabajadores.
Uno de ellos fue Gamin Benítez, quien comentó que de a poco estaba comenzando a conocer su historia y que lo emocionaba poder encontrar a otros familiares.
Tras su participación en el acto, Néstor Dafinotti, nieto de Albino Arguelles, dialogó con La Opinión Austral.
“Soy nieto de un trabajador que allá por el año 21 sufrió la represión armada del Ejército Argentino y fue fusilado junto a otros 1.500 compañeros que quedan en la memoria argentina, han quedado como ‘La Patagonia rebelde’ en la obra infinitamente grande de Osvaldo Bayer“, señaló.
Sobre su abuelo, comenzó relatando: “Albino Arguelles era un muchacho de veintipocos años que en el año ’19, siendo herrero se desempeñaba como trabajador de la metalúrgica de los Vasena en el Parque de los Patricios, el corazón de Buenos Aires, y que es afectado por una huelga que presentan los trabajadores requiriendo mejoras, no solo salariales, sino de calidad de vida, una serie de reclamos que hoy parecen hasta graciosos, pero que en aquel momento hace 104, 105 años, se ponían en duda de dárselo como correspondía a un trabajador que así lo requiriera”.
Ante la persecución que sufría por haber participado en la huelga, Arguelles buscó trabajo en el sur argentino y se trasladó a Puerto San Julián. “Allí se encuentra con que no se cumplían las condiciones que habían acordado entre las partes en la Huelga del año ’20”, acotó.
Arguelles que “ya venía con alguna formación política, militante del socialismo, se incorpora en esta lucha y alguna condición lo transformó en una especie de líder, por lo menos en la parte geográfica de San Julián como cabecera. Termina, como terminaron aquellos 1.500 fusilados asesinados por una fuerza armada que, sistemáticamente mataba, y esto es una de las bases por la cual hoy estamos reclamando la consideración de estos crímenes como de lesa humanidad en forma sistematizada, a quienes se oponían a esta suerte de esclavitud, casi a la que eran sometidos los trabajadores del sur argentino”.
Sobre su visita a la provincia y participación en el acto en El Calafate, manifestó: “Nunca recibí tanta calidez como cada una y todas las veces que he venido a Santa Cruz, de parte de todos, desde el ciudadano que me atiende en un bar hasta algún funcionario que abre los brazos para recibirnos. Un agradecimiento infinito al trato que recibo siempre y al igual que yo, otros familiares con los que año tras año tratamos de mantener abierta la memoria de estos hechos, para que no se olviden y de esa manera, no se repitan“.
La Opinión Austral