Por Rolando Prudencio Briancon, Resumen Latinoamericano, 3 de junio de 2024.
La noción de una guerra de baja intensidad: “Es una confrontación político militar entre Estados o grupos, por debajo de la guerra convencional y por encima de la competencia pacífica entre naciones”. ¿Podría considerar que este concepto sirva para entender que es la que la OTAN ha optado por pelear en ese plano con Rusia? Tal vez.
Y es que si partimos de la idea central de que Occidente; no ahora sino desde hace 10 años atrás, cuando de produjeron la revueltas del Euromaidan en Kiev, y que fue aprovechado por Occidente para que usando a Ucrania como su punta de lanza se pudiera extender hacia el Este, amenazando así la seguridad de las fronteras rusas.
Se entenderá entonces que ése fue la razón fundamental por la que la Federación rusa decide actuar contra Ucrania, por constituirse ésta en una amenaza existencial para la Federación, pero que además quienes estaban; y aún están son las potencias occidentales las que está promoviendo provocar esa derrota estratégica a Rusia y que es plan concebido por la OTAN, para dividir Rusia en cinco partes.
Este plan aún se mantiene; y no por lo que Ucrania pueda lograr en el campo de batalla donde está siendo derrotada por Rusia; sino por lo que las potencias occidentales puedan afectarla para derrotarla, y ha sido por este motivo que; a pesar de que la OTAN y las potencias occidentales se han mostrado “ajenas” a ésta contienda, en los hechos se han ido involucrando imperceptiblemente.
Son varios hechos que demuestran que así ha estado y está ocurriendo, como el caso del audio filtrado de dos militares alemanes de alta graduacion quienes prepararon un atentado terrorista contra el puente de Crimea hace más de dos meses, en el que utilizarían misiles Taurus de fabricación alemana. O el llamado de Macron a las potencias occidentales para que envíen combatientes al frente de batalla para defender a Ucrania. O Inglaterra que a través de su ministro de Exteriores, David Cameron, autorizó a Kiev para hacer uso de sus armas en ataques contra Rusia, pero que fue una decisión que en teoria terminó dando marcha atrás, ya que continúa la conspiración de la OTAN contra Rusia.
Así se desprende de las declaraciones al “The Economist” y que fueron publicadas el pasado viernes 24 de mayo, del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien dijo que había llegado el momento de que los aliados “desataran las manos” del Ejército ucraniano y permitieran formalmente a Kiev utilizar sus sistemas de ataque de largo alcance de procedencia occidental para atacar las zonas de retaguardia rusas. “Especialmente ahora que hay muchos combates en Járkov, cerca de la frontera, negarle a Ucrania la posibilidad de usar estas armas contra objetivos militares legítimos en territorio ruso, es hacer que les resulte muy difícil defenderse”.
Claro que manejando el acostumbrado doble discurso el jefe de la OTAN reconoció que tal paso aumentaría el riesgo de una escalada bélica, pero aseguró que esto es algo que podría matizarse ya que la Alianza “no participaría directamente desde territorio de la OTAN en operaciones de combate sobre Ucrania o dentro de ella”. “No tenemos ninguna intención de enviar tropas terrestres de la OTAN a Ucrania porque nuestro propósito ha sido doble: apoyar a Kiev como venimos haciendo, pero también garantizar no convertir esto en un conflicto a gran escala”.
Así que siendo la OTAN una organización guerrerista y terrorista; desde luego que sabe cómo actuar sin hacerse notar, como está tratando de hacerlo frente a Rusia; y cuando digo “tratando” es porque Rusia tambien sabe cuándo la conspiración viene en camino, y frente a las mismas Rusia está preparada para acabar con estas y los cobardes instigadores de esta guerra de baja intensidad.