Franco “El Turco” Bucci, fotógrafo de naturaleza en el noroeste santacruceño, nos sumerge en los detalles de la vida de los guanacos en el Parque Patagonia. Los fascinantes movimientos migratorios y la intensa vida salvaje.
En esta temporada, en el noroeste santacruceño, la naturaleza se despierta con un espectáculo único. Conversamos con Franco Bucci, apasionado fotógrafo de la región, para obtener una visión más profunda sobre los movimientos de los guanacos y la riqueza del avistaje de fauna en el Parque Patagonia.
Franco nos transporta a la meseta del Lago Buenos Aires, donde en esta época del año, “los grupos migratorios suben a la meseta en busca de mejor vegetación para alimentarse y dar a luz a sus crías. Es un espectáculo verlos, adaptarse al entorno y cuidar de sus descendientes», cuenta Franco.
Mientras algunos guanacos son residentes, optando por permanecer en zonas bajas durante todo el año, otros migran estratégicamente para aprovechar las condiciones más favorables en la meseta. «Si visitas el Parque Patagonia, podrás encontrar grupos acumulándose en los mallines, con la oportunidad única de presenciar el nacimiento de las crías».
“Por ahí, avistar pumas parecería más interesante, pero la verdad es que es muy lindo poder dedicarse un tiempo a observar a los guanacos”, explica. Y es que su importancia histórica es innegable, además “desempeñaron un papel crucial en la evolución de los habitantes originales de la región». Testimonio de ello es la invaluable evidencia en las pinturas rupestres de hace 9,500 años en Cueva de las Manos, donde estos animales eran fundamentales para la subsistencia de las comunidades.
La experiencia de observar a los guanacos va más allá de la simple contemplación. Franco describe la diversidad de grupos y comportamientos, desde machos solitarios hasta «grupos guarderías» con hembras y crías. «Es fascinante ver cómo interactúan y cooperan para protegerse de predadores», comenta.
La adaptación única de los guanacos al ecosistema se evidencia en su capacidad para preservar la tierra mientras pastorean. Bucci subraya este fenómeno al explicar que «por más que las poblaciones de guanacos sean grandes, también lo que tiene es que es un bicho que está adaptado, y evolucionó en esta tierra. Por ejemplo, sus patas: tienen almohadillas que no destruyen el suelo». Destaca otra característica de adaptación y preservación relacionada con su alimentación, ya que «al cortar los pastos para alimentarse, hace que las raíces permanezcan en la tierra, y esto permite que las plantas rebroten y continúen reteniendo los suelos, impidiendo la erosión de los mismos por la acción del viento».
Una danza de la vida: avistaje de fauna en el Parque
La temporada ofrece un espectáculo completo con avistajes de aves, pumas, gatos y la exuberante floración de la estepa. En el caso de los guanacos, «es fascinante ver cómo interactúan y cooperan para protegerse de predadores», cuenta Franco.
«Esta es, sin duda, una de las mejores épocas para visitar el Parque Patagonia”, asegura, ya que «los nacimientos, las peleas entre machos por el dominio de hembras y las cópulas son eventos que caracterizan esta temporada. Es una oportunidad única para sumergirse en la actividad frenética y armoniosa de los guanacos».
Pero además, quienes visiten el noroeste santacruceño en esta época, “verán crías de todo tipo de especies, pichones de aves, crías de pumas, de gatos, es como la época justa para poder observar eso y también la floración, porque la estepa en este momento toma un color mucho más verdoso” que contrasta muchísimo con los ocres y amarillos que nos ofrecen las postales el resto del año. “Van a poder encontrar diferentes flores, así que es un momento muy lindo para ir a ver y a disfrutar de la estepa”.
El Parque Patagonia se transforma en un escenario vibrante donde la vida salvaje se despliega en todo su esplendor. En cada rincón, la danza de la vida se despliega con los guanacos como protagonistas, revelándonos la conexión innegable entre estos majestuosos animales y el delicado equilibrio de la naturaleza. La temporada actual ofrece un lienzo perfecto para apreciar la intensidad de la vida salvaje en su máximo esplendor.
Fuente: Diario Crónica