Los restos de cinco de las 10 víctimas de una matanza de hace 31 años, pudieron por fin ser sepultados hoy en Perú tras una larga lucha por recuperar al menos parte de las osamentas.
Fragmentos óseos de esas cinco víctimas de la Masacre de La Cantuta del 18 de julio de 1992, fueron entregados anoche en una emotiva ceremonia a los parientes por las autoridades de la Dirección de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Los despojos fueron sepultados esta sábado entre rezos y canciones en el cementerio El Ángel de Lima o llevados a enterrarlos en sus provincias de origen.
Se trata solo de trozos, en un caso un pedazo de un codo, lo cual se pudo rescatar en 1993 del desolado paraje de las afueras de Lima en el que fueron dispersados y enterrados los fragmentos calcinados, tras bárbaras torturas y disparos en la nuca.
Esa madrugada fueron asesinados el catedrático de la Universidad Nacional de Educación, conocida como La Cantuta, Hugo Muñoz Sánchez y los alumnos Bertila Lozano Torres, Dora Oyague Fierro, Luis Ortiz Perea, Armando Amaro Cóndor, Robert Teodoro Espinoza, Heráclides Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino Rosales Cárdenas y Juan Mariños Figueroa.
Aparecieron como restos recuperados los de Bertila Lozano, Dora Oyague, Felipe Flores, Marcelino Rosales y Armando Amaro.
Los 10 fueron secuestrados del alojamiento estudiantil de la universidad por el Grupo Colina, un destacamento de agentes de inteligencia que se dedicaba a eliminar sospechosos de terrorismo.
Tal operación respondió a una represalia por el reciente atentado del grupo armado Sendero Luminoso, consistente en el estallido de un coche bomba que devastó una cuadra del exclusivo distrito limeño de Miraflores, aunque la justicia estableció que las víctimas de La Cantuta nada tenían que ver con esa organización.
Los residuos humanos fueron enterrados en un terreno abandonado, pero el testimonio de un ropavejero que hurgaba un basural cercano y la acuciosidad de una revista permitieron encontrar los primeros.
Esas piezas óseas fueron encontradas en 1993 y enviadas al Reino Unido para su análisis e identificación, pero quedaron en el olvido por el desinterés del gobierno de entonces, de Alberto Fujimori y fueron recuperadas en 2022, año en que llegaron a Lima.
Fujimori cumple una pena de de 25 años de cárcel como autor mediato de las masacres de La Cantuta y Barrios altos, esta cometida también por el Grupo Colina, con 15 víctimas inocentes.
El exgobernante encarcelado amnistió y condecoró como presidente a los integrantes del grupo de aniquilamiento y tiene pendiente un juicio por otra masacre perpetrada por el mismo destacamento ilegal.
FUENTE: Prensa Latina