Dolor y sentimientos contradictorios provoca la muerte de una luchadora como Hebe de Bonafini.
En los años 1986 y 1987 Hebe de Bonafini y las organizaciones que mantenían cierta independencia política respecto del gobierno de Alfonsin, estaban concentradas en defender la consigna de aparición con vida y denunciando el esfuerzo alfonsinista de mantener los juicios en la esfera de unos pocos cabecillas, lo que se iba a coronar con las leyes de punto final y de obediencia debida.
En Río Gallegos, el movimiento de derechos humanos fundado al principio como filial de la Asamblea Permanente, se había mantenido independiente del poder, esto en parte por la influencia que fue ganando en el mismo el Partido Obrero.
En esos años nos visitó Hebe un par de veces y recuerdo una de esas visitas en compañía de Nora Cortiñas, en la cual pararon en casa y nos hicieron el honor de entregarnos un pañuelo bordado. Las actividades tuvieron una importante repercusión, una vez se congregó para escucharlas una gran cantidad de público en el Gimnasio del Colegio Ladvocat frente a la plaza San Martín.
Recuerdo una charla en casa, en que Hebe le explicaba a Nora, la traición que preparaba el alfonsinismo.
Era el periodo en que Néstor Kirchner luego de fracasar en su candidatura a Gobernador se refugiaba en la Intendencia de Río Gallegos que iba a ganar por escasa diferencia en 1987. Ninguna mención en esas campañas políticas había sobre los derechos humanos, el castigo a los genocidas o cosas por el estilo. Naturalmente los kirchneristas de la época nunca asistieron a estos eventos con presencia de Hebe y otras dirigentes como Cata Guagnini.
Esa conducta se mantuvo toda la década del 90. Es conocida la colaboración activa con las privatizaciones y los elogios de Néstor a Menem y Cavallo, pero no se ha comentado otro aspecto de esta colaboración como es el apoyo de Néstor Kirchner al indulto menemista en favor de las Juntas y militares condenados por sus crímenes. Kirchner era Intendente en ese momento y no dijo una palabra.
En 2003 Néstor (después de asumir la presidencia) hizo hasta cierto punto suya la lucha por el juicio y castigo a los crímenes de la dictadura, después de dos décadas de silencio al respecto, entre 1983 y 2003.
La asimilación posterior de Hebe y la mayoría de los movimientos de derechos humanos por parte del gobierno, le permitió a los K encubrir su pasado. Esta asimilación llegó al extremo de apoyar por parte de Hebe a un represor como Milani al frente del ejército.
En el último periodo Hebe había roto con Alberto, luego con Massa. No debe haberle hecho nada bien como a muchos cuadros que confían en CFK, el discurso de Cristina de “la gendarmería a los barrios” y que el pueblo se banque el plan de ajuste por los “condicionamientos externos”.
Despidamos a una luchadora que hizo historia en la lucha contra la dictadura y contra la impunidad.
Miguel Del Plá