Diario Crónica -El pequeño fue diagnosticado de cáncer y las burlas no son el mejor aliciente, pero las docentes aseguran que no se puede hacer nada para evitar el hostigamiento por parte de sus compañeritos de sala.
Puerto Deseado, (C). Desde hace varios días que Benjamín no quiere concurrir más a la Escuela 87; su mamá Gisela, cuenta que el nene que en 2017 fue diagnosticado con un cuadro de leucemia, hasta el año pasado asistía a la Escuela 51 de Tellier, un pueblo ubicado a 18 kilómetros de Puerto Deseado, pero una disposición del Ministerio de Educación de la Provincia lo dejó afuera del establecimiento educativo. Ahí empezó el verdadero calvario del pequeño, por eso la mamá pide que lo reincorporen, por lo menos para que vuelva a sonreír; “duele tanto su tristeza”, confió.
“Benja iba a la escuela de Tellier y a pesar de que a veces faltaba por razones de su tratamiento o de controles médicos, él estaba feliz porque ahí se sentía contenido, los chicos lo querían y ya se había hecho un grupo de amigos, pero me dijeron que no lo podían aceptar más, que tenía que ir a una escuela de Deseado, entonces comenzamos a buscar una escuela y finalmente tras varias idas y vueltas terminaron dándole un lugar en la escuela 87, pero ahí empezó todo el infierno que todavía está viviendo mi hijo y nadie hizo nada para detener esto”, relató Gisela a Crónica con la voz quebrada por la impotencia.
Vencida por el dolor que le causa ver a su hijo angustiado cuando le dicen que tiene que ir a la escuela, la mamá asegura que las maestras con las que habló le dijeron que no se puede hacer nada con respecto al bullying que sufre. “Me dicen que ya les dijeron a los chicos que las burlas están mal, y que no se puede hacer más porque los chicos no hacen caso”.
Al parecer la respuesta de las docentes y autoridades de la Escuela 87, tampoco se modificó el día que Benja a causa del brutal hostigamiento intentó quitarse la vida. “Llegó de la escuela con los ojitos tristes, en un momento no lo vi más y después empecé a buscarlo por la casa y lo encontré con una soga intentando colgarse de un árbol, inmediatamente lo rescaté, es algo que no se lo deseo a nadie”, comenta Gisela al recordar ese doloroso momento.
Madre de 5 hijos, entre ellos una beba de pocos meses, Gisela cuenta que con su esposo tuvieron que repartirse porque Benja después de ese triste episodio estuvo internado 1 mes en el hospital Garrahan. Por suerte el pequeño que es un guerrero salió adelante, pero hasta el día de hoy las burlas por parte de sus compañeros continúan.
“Me dijo que le dicen loco, enfermo, que le golpean el pecho y le meten los dedos en los oídos, que le pegan cosas en la espalda, le tiran papeles, le esconden los útiles y después se le burlan, y él por eso ya no quiere ir más esa escuela, me cansé de hablar y de mandar notas, pero es en vano, la psicóloga que lo ve dice que eso no le hace bien, que lo cambie de escuela, incluso sabemos que si él no está bien emocionalmente todo se complica”, puntualiza la madre.
Un pedido especial para que Benja vuelva a sonreír
Gisela asegura que el pequeño de 9 años tiene ganas de aprender. “Él es un chico bueno, todos lo adoran en la familia, y quiere ir a la escuela, pero a la de Tellier, porque ahí estaban sus amigos, él iba feliz, por eso quiero pedirles a las autoridades que hagan algo por mi hijo y que lo vuelvan a aceptar en la Escuela 51, por lo menos para que pueda sonreír porque hace tanto que Benja está triste”, concluyó.
La madre contó que está organizando una rifa con distintos premios que van desde alimentos a una sesión de fotos que donó una fotógrafa local, porque el 25 de agosto Benjamín tiene un nuevo control en Buenos Aires por su enfermedad de base; quienes quieran colaborar pueden comunicarse al 297 4008625, su valor es de 400 pesos.
Fuente: Diario Crónica