El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, describió los últimos combates en Severodonetsk como «muy feroces» y dijo que Rusia estaba desplegando tropas poco entrenadas y utilizando a sus jóvenes como «carne de cañón».
Tras combates «feroces», las tropas rusas expulsaron al Ejército ucraniano del centro de Severodonetsk, la ciudad clave del este de Ucrania donde los dos bandos se enfrentan desde hace semanas para controlar el Donbass, anunció este lunes el Estado Mayor ucraniano.
«Las zonas residenciales de Severodonetsk fueron liberadas por completo», declaró el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, en una alocución difundida por televisión en la que agregó que «la toma de control de la zona industrial y de las localidades vecinas continúa».
En consecuencia, Moscú controla ahora 97% de la región ucraniana de Lugansk, a la cual pertenece Severodonetsk, agregó Shoigu, citado por la agencia de noticias AFP.
«Las ciudades de Liman y Sviatogorsk, así como 15 otras localidades, fueron liberadas», agregó.
En un mensaje de video, durante la noche del pasado domingo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, describió los últimos combates como «muy feroces» y dijo que Rusia estaba desplegando tropas poco entrenadas y utilizando a sus jóvenes como «carne de cañón».
«Con el apoyo de la artillería, el enemigo llevó a cabo un asalto a Severodonetsk, con un triunfo parcial y expulsó a nuestras unidades del centro de la ciudad. Los combates continúan», informó por su parte el Ejército ucraniano en Facebook.
Serguei Gaidai, gobernador de la región de Lugansk -donde Severodonetsk es el centro administrativo para la parte controlada por las autoridades ucranianas- confirmó que las fuerzas ucranianas habían sido desplazadas del centro, reprodujo la agencia de noticias AFP.
«Los combates en las calles siguen (…) los rusos continúan destruyendo la ciudad», agregó el reporte en Facebook, junto a imágenes de edificios en ruinas o en llamas.
La planta química Azot, donde se refugian civiles y militares, fue objeto de bombardeos rusos, e instalaciones de depuración fueron alcanzas por los proyectiles, añadió el informe.
En tanto, en la ciudad vecina de Lisichansk tres civiles, entre ellos un niño de seis años, murieron por los bombardeos en las últimas 24 horas, según el gobernador.
En otro informe, pero vía Telegram, Gaidai dijo que dentro de la planta química Azot hay unos 500 civiles, «entre ellos 40 niños» y que la zona industrial «está siendo sometida a un fuerte bombardeo de la artillería enemiga de gran calibre».
Las instalaciones de la planta, según Gaidai, son menos fuertes que las de la planta siderúrgica Azovstal, que sufrió un prolongado asedio en Mariupol.
El vínculo de Ucrania con otros países
La diplomacia, en tanto, sigue siendo la apuesta y, con ese objetivo, los líderes de las tres naciones más grandes de la Unión Europea (UE) se darán cita en Kiev el jueves próximo, dijeron medios de comunicación.
El tabloide Bild am Sonntag avanzó que el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, se reuniría en Kiev con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, antes de la cumbre del G7 prevista para el 26 de junio en la localidad bávara de Schloss Elmau.
«El viaje se realizará pronto, el jueves 16 de junio», precisó por su parte el diario italiano La Stampa.
«Será ante el Consejo Europeo, ante el G7 en Alemania, ante la cumbre de la OTAN. Los tres (líderes) juntos, para indicar con una simple fotografía todo el apoyo de los tres mayores países europeos al presidente ucraniano Volodimir Zelenski», publicó el periódico.
La Stampa da por sentado que Draghi, Macron y Scholz hablarán con Zelenski sobre el desminado de los puertos del mar Negro, a fin de desbloquear las exportaciones de cereales ucranianos.
El Vaticano como interventor
Rusia, por su parte, a través del director del Primer Departamento de la Cancillería para Europa, Alexei Paramonov, saludó la mediación del Vaticano para la paz en Ucrania, aunque aclaró que no se fía de la palabra de Kiev.
«El Vaticano ha manifestado en reiteradas ocasiones la disposición de proporcionar toda la asistencia posible para poner fin a las hostilidades y lograr la paz en Ucrania, y confirma esas declaraciones en la práctica. Apoyamos un diálogo sincero y de confianza sobre varios asuntos, en primer término, los relacionados con la situación humanitaria en Ucrania», señaló Paramonov.
El diplomático agregó que «todas las iniciativas de la Santa Sede y el papa Francisco para la paz en Europa inspiran un gran respeto y puede que tengan demanda bajo ciertas circunstancias», pero al mismo tiempo opinó que «en Ucrania estamos tratando con personas que no saben de autoridad».
«En más de una ocasión hemos visto con qué facilidad y cinismo las flamantes élites ucranianas, en su empeño por retener el poder y lograr un beneficio inmediato, rompen sus promesas y compromisos, realizan provocaciones peligrosas y sacrifican la seguridad de ciudadanos de Ucrania y Rusia», afirmó.
Telam