Puerto Deseado, (C).- Un hombre que el último sábado fue ingresado a la comisaría local por la rotura del vidrio de un pub denunció en sede fiscal que fue abusado, torturado y amenazado por un grupo de policías que se hallaban en la guardia, entre ellos dos brigadas (mujeres policías) a las que dijo reconocer. Por el hecho, familiares, vecinos y amigos al cierre de este envío permanecían frente a la comisaría local exigiendo justicia.
El hombre de 38 años identificado como Federico B., estuvo internado en hospital distrital a raíz de las lesiones sufridas y ayer fue dado de alta.
Solange y Lucía, sobrinas de la víctima detallaron a Crónica que todo comenzó con un entredicho que Federico B. mantuvo con dos patovicas del local donde estaba compartiendo unas cervezas con un amigo.
“Mi tío no entiende qué pasó porque los patovicas lo sacaron del local, lo empujaron y hasta le quitaron la bebida que tenía en la mano. Ahí él reaccionó y le pegó una pedrada al vidrio del local, y se escapó hacia un inquilinato que queda al frente del local. Después vino la policía y se lo llevaron a la comisaría donde comenzó su verdadero calvario”, relataron las jóvenes, aunque aclararon que antes de llegar ya habían comenzado a pegarle dentro del patrullero.
“Él nos contó que adentro de la comisaría le pegaron en la cara, en todo el cuerpo, y en las plantas de los pies, que le arrojaban agua fría y le volvían a pegar, y en un momento ve que una mujer intentaba violarlo con la cachiporra, y después ya se desmayó, pero dijo que había dos mujeres que intentaban introducirle ese bastón con el que le pegaban”.
Las jóvenes además de señalar que en el hospital, Federico B. no recibió una buena atención, se mostraron preocupadas por el estado de fragilidad en que se encuentra. “Tiene miedo que lo maten porque mientras lo torturaban le dijeron que si contaba lo que le pasó iba a aparecer en la laguna muerto, y en Deseado ya hubo gente torturada que apareció muerta”, recalcaron por último.
Durante la manifestación al frente de la comisaría, los vecinos y familiares del denunciante cuestionaron el accionar policial, al tiempo que amenazaron con quemar la comisaría si no separaban a los policías que participaron de la golpiza y demás vejaciones.
Fuente: Crònica