Durante la jornada del viernes se llevó a cabo la ceremonia de finalización de la 118° Campaña Antártica de Verano (CAV) 2021/22, la que se había iniciado oficialmente el 11 de enero pasado con la zarpada del rompehielos ARA “Almirante Irízar” con dos helicópteros Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros embarcados.
Se sumaron luego el aviso ARA “Puerto Argentino”, que inició su campaña el 4 de enero; el transporte ARA “Canal Beagle” y el aviso ARA “Bahía Agradable”, el cual cumplió también funciones en la Patrulla Antártica Naval Combinada (PANC) con la Armada de Chile.
Bajo la dirección del Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR), dependiente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, se cumplió eficazmente con el objetivo de realizar todas las acciones de abastecimiento de las bases argentinas y brindar el apoyo logístico a las actividades científicas que desarrolla nuestro país en la Antártida.
El itinerario del rompehielos ARA “Almirante Irízar” estuvo dividido en tres etapas que permitieron el aprovisionamiento y relevo de dotaciones de las bases que la República Argentina mantiene operativas: siete permanentes –Esperanza, Marambio, San Martín, Orcadas, Carlini, Belgrano II y la recientemente abierta Petrel– y las temporales Decepción y Primavera.
Base Petrel
En esta nueva edición participaron 1.065 personas, entre personal militar, científico y 14 menores de edad que forman parte de la invernada familiar de la dotación de la Base Esperanza, donde se procedió a la reapertura de la Escuela “Presidente Dr. Ricardo Alfonsín”.
El relevo de las dotaciones y el reabastecimiento con víveres, combustibles e insumos de todas las bases nacionales incluyó el repliegue de residuos históricos en el marco del Plan 2020/24, que ascendió a 241 toneladas. Además, entre la carga general y frigorizada (víveres, e insumos varios) se sumaron 3.130 m3 de combustible (gasoil antártico) y 996 tambores de lubricantes.
Esta campaña implicó 236 días de operaciones ininterrumpidas de unidades terrestres, navales y aéreas, que incluyeron más de 600 horas de vuelo de las distintas aeronaves que participaron y más de 47.000 millas navegadas por las unidades navales en 138 días. Esto posibilitó el despliegue de 206 científicos y técnicos entre las bases permanentes y las temporales.
Además, se puso en marcha el proyecto de transformar a la Base Petrel en permanente con el objetivo de consolidar un polo logístico antártico que convierta a la Argentina en una puerta de ingreso al continente blanco materializado en los Polos Logísticos Ushuaia y Petrel.
Durante estos meses de trabajo, se dio continuidad al apoyo logístico de todas las actividades científicas nacionales e internacionales; así como también se avanzó con el Servicio de Hidrografía Naval en la recuperación del balizamiento para ayudar a la navegación.