LPO: Los legisladores argentinos no tienen límites legales para reelegir pero la mayoría encontró reparos en la política y se quedó sin lugar en las listas: sólo 48 de los 127 diputados pudo anotarse para competir este año y nada más que 5 de los 24 senadores que terminan mandato podrá buscar uno más en las urnas.
O sea, el 60% de los diputados y el 75% de los senadores devolverá su despacho el 10 de diciembre, pero entre los demás varios no tienen garantizada la continuidad porque quedaron en lugares de las listas poco prometedores.
De esta manera, el Congreso tendrá muchas caras nuevas en diciembre, secuela de la caída y ascenso de los líderes en estos años que hizo muy complejas las negociaciones y las búsquedas de referentes. La nueva era parlamentaria obligará a revisar algunos lugares comunes, como el de esperar un promedio de edad elevado en el Senado.
Bajó con la elección de 2019 y en diciembre será todavía menor, con el retiro de algunos históricos como los radicales Oscar Castillo (Catamarca) y Juan Carlos Marino (La Pampa), tras casi dos décadas en sus bancas.
Sólo intentarán otro mandato en el Senado Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Carlos Caserio (Córdoba), María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe) y los correntinos Ana Almirón y Carlos Espínola, todos del oficialismo.
Cambiemos no repetirá a ninguno de sus 9 senadores que vencen mandato y hasta enviaría uno a Diputados: el puntano Claudio Poggi, que competirá para mudarse a la Cámara baja aun cuando le restan dos años como senador. De ganar la banca, la que deja la ocupará la macrista Gabriela González Riollo, de 37 años de edad.
Provincias como Catamarca, La Pampa, Chubut y Tucumán renovarán el trío completo de senadores, aunque la mayoría sólo había tenido uno sólo. Claro que habían asumido en 2015, junto a la elección presidencial de octubre en la que Daniel Scioli tuvo más votos que Mauricio Macri pero luego perdió en el ballotage.
O sea, hicieron campaña con Cristina Kirchner en la Rosada y legislaron con Macri y Alberto Fernández de presidente, pandemia de por medio. Pareciera mucho más que 6 años.
Por si fuera poco para estos vientos de cambio, de los 6 oficialistas que renuevan sólo dos tienen garantizada su continuidad: Fernández Sagasti y Espínola, que en el peor de los casos obtendrán una banca por la minoría.
Sacnun y Almirón deberán pelearla desde el segundo lugar de la lista mientras que Caserio puja contra la boleta del gobernador Juan Schiaretti para ganar la minoría de Córdoba, con la victoria de Cambiemos garantizada.
En esa provincia no pudo entrar en la nómina la macrista Laura Rodríguez Machado, que fue jefa del PRO en los primeros dos años de su mandato y en noviembre buscará una banca en Diputados. Su coterráneo Ernesto Martínez le cedió su candidatura al jefe de su espacio Luis Juez, que deberá ganarle una interna al radical Mario Negri, jefe de Diputados, dispuesto a agitar las aguas de la oposición.
Los 24 senadores con mandato hasta diciembre fueron electos en la presidencial de 2015, cuando Daniel Scioli le ganó a Mauricio Macri, pero no evitó el ballotage y lo perdió. Los diputados que vencen llegaron en 2017 transitaron sesiones muy calientes. La mayoría se quedó sin padrinos para reelegir.
Dos históricos que siguen al menos hasta 2023 son los formoseños que manejan los principales bloques: el peronista José Mayans, que asumió en 2001; y Luis Naidenoff, que llegó en 2005.
Los diputados elegidos en 2017 tuvieron muchos problemas para ser considerados para reelegir, aun cuando pasaron 4 años por demás turbulentos, con sesiones violentas como la reforma previsional de ese diciembre, el presupuesto del año siguiente y los dos debates del aborto, el último en época de sesiones semi remotas.
Algunos protagonistas de esas disputas dejarán sus bancas, como la radical Brenda Austin y la macrista Carmen Polledo, referente de las posiciones a favor y en contra de la interrupción voluntaria del embarazo. Polledo había llegado por su cercanía a Macri y si no perdía la presidencial de 2019, era candidata a presidir el PRO.
Austin se convirtió en un emblema nacional de la legalización del aborto y fue además secretaria del bloque UCR, con silla en la mesa chica de Cambiemos que definía las líneas de acción antes de cada sesión. Pero ni Negri ni su padrino Ramón Mestre le consiguieron lugar para reelegir.
Mestre sustituirá a su hermano Diego y sostendrá con una banca a Soledad Carrizo. Su prima y compañera de bloque Carla Carrizo también consiguió un lugar expectante en la nómina de la Ciudad que encabezará María Eugenia Vidal.
En la que lidera Diego Santilli por provincia de Buenos Aires Cambiemos le garantizó la reelección a Marcela Campagnoli (Coalicióin Cívica) y Graciela Ocaña. Facundo Manes se la dio a Fabio Quetglas (UCR) y quedó en un lugar más incómodo Josefina Mendoza, quien en 2017 llegó como presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA).
La presentación de listas anticipó la disputa por las jefaturas de Cambiemos en el Congreso
En la Ciudad, además de Carrizo, Cambiemos le hizo un lugar a Fernando Iglesias (Pro), Juan Manuel López (CC) y Paula Oliveto (CC). La chaqueña Aída Ayala pasó los 4 años de diputada protegiéndose con los fueros de las órdenes de detención que le libraban por sus causas de corrupción y sólo podrá sostenerlos si gana una interna.
El radical entrerriano Atilio Benedetti repetirá si gana Rogelio Frigerio, que lidera su lista. El partido centenario retirará del recinto a varios diputados que se hicieron sentir como la jujeña Gabriela Burgos, que presidió la comisión de legislación penal en tiempos de Macri; o el mendocino Luis Petri, que llegó junto a Cobos en 2013 y en 2015 se convirtió en uno de los principales voceros parlamentarios del ex presidente.
Fueron tan profundas las crisis de liderazgos de estos años que a los diputados les fue difícil identificar padrinos para anotarse en la reelección y no todos tienen respaldo para jugar a una interna.
Consiguió apoyo para seguir el macrista Luciano Laspina, de Santa Fe, de alto perfil durante el gobierno de Macri por presidir la comisión de presupuesto. Logró entrar en la lista del PRO para las internas, tal vez por reconocimiento a esos años difíciles.
En el oficialismo también hay muchos retiros abruptos. En Buenos Aires resistieron los sindicalistas Hugo Yasky y Vanesa Siley, además de Mónica Macha, esposa de Martín Sabbatella, que reelegirá si la lista de Victoria Tolosa Paz bordea los 45 puntos.
Pero no apareció Fernanda Vallejos, que lideró la boleta de Unidad Ciudadana en 2017; ni Mirta Tundis, quien llegó en 2013 junto a Sergio Massa y reeligió 4 años después. En la Ciudad, Carlos Heller y Gisela Marziotta lograron firmar entre los tres primeros para reelegir con seguridad, pero abandonará el Congreso Gabriela Cerrutti, de alto perfil en estos años.
No la tiene fácil el cordobés Pablo Carro pero sí la entrerriana Carolina Gaillard, que aún perdiendo podrá reelegir. Gildo Insfrán irá por otro mandato de Gustavo Fernández Patri; mientras que en Mendoza Omar Félix le deja lugar a otras figuras de su espacio dentro del PJ local.
El tucumano Pablo Yedlin se muda al Senado. Las provincias con nuevos gobernadores los hacen valer con nuevos candidatos, como fueron los casos de Chaco, Salta, La Pampa y Chubut.
Y resurgen nuevos liderazgos como el de Martín Doñate en Río Negro, donde dejará sin una banca a los hermanos Soria. Tierra del Fuego será la única provincia en la que los dos diputados que terminan el mandato buscarán seguir: Carolina Yutrovic (FdT) y Héctor Stefani (Pro). Un caso raro, en una elección donde el recambio fue la consigna.