Transcurrido un año y medio del inicio de la pandemia, el recurso humano del sector salud todavía sigue siendo víctima de la hipocresía de vastos sectores políticos y empresariales, el afán de brindar agradecimientos no se condice con las necesidades reales de insumos e incentivos para el sector. Entre otras cuestiones, está por terminar el mes de junio y no tuvimos novedades del bono destinado al personal de salud de los sectores público y privado.
Desde la Confederación Médica de República Argentina (COMRA) vemos con asombro cómo desde distintos sectores plantean reformas del sistema sanitario, sin tener en cuenta a quienes son el verdadero motor y la mano de obra intensiva que sostiene el sistema desde la primera línea de batalla. Quienes obtienen mayor difusión para tratar estos cambios son los financiadores, dueños de prepagas y obras sociales crónicamente deficitarias.
Los profesionales que hoy sostienen el sistema están ocupados en la atención de la pandemia. Pasaron varios meses de promesas incumplidas e incentivos que nunca llegaron, el agotamiento ya es crónico, tanto físico como mental. Argentina está cerca de los 100.000 muertos por COVID-19, y entre ellos, hay muchos colegas.
Frente a una nueva ola, el recurso humano está a punto de decir basta ante tanta indolencia. La mejor manera de enfrentar este escenario es con la provisión urgente de vacunas y una campaña masiva que cubra a toda la población de riesgo.
Sin embargo, todavía existe falta de testeos activos y rastreo de los casos positivos para mejorar la vigilancia epidemiológica ante la amenaza de otra variante que nuevamente pone en riesgo a la sociedad entera ante los bajos niveles de vacunación.
Consejo Directivo