El acto montado por Pablo Grasso en la tumba de Zacarías Gracián, luego que la agrupación anarquista Kurt Wilkens la restaurara y brindara homenaje a su lucha cuando se cumplía el centenario de su fusilamiento, no sólo es un robo descarado del trabajo de otros, es también una afrenta a la memoria de las luchas obreras
Los intereses capitalistas que por aquel entonces gobernaban la Patagonia y contra quienes los obreros como Zacarías Gracián se habían sublevado, siguen más vivos que nunca en los actuales gobiernos de nuestra provincia. Eso incluye la intendencia de Pablo Grasso y el gobierno provincial de Santa Cruz de Alicia Kirchner.
La diferencia entre uno y otro acto, radica en el carácter político de los mismos. Mientras la agrupación anarquista Kurt Wilkens rescata la tradición de lucha de un compañero de clase y se esfuerza en retomar el camino de organización y lucha que nos marcó la conocida lucha de la Patagonia Rebelde, Pablo Grasso, parte del gobierno capitalista, no busca otra cosa que profanar y apropiarse de esa memoria colectiva de lucha y organización.
El capitalismo siempre busca guardar en el baúl de los recuerdos las luchas y epopeyas del movimiento obrero, pero si nota que el pueblo le quita el polvo y lo expone a la vista de todos, rápidamente busca papel y tinta para reescribir la historia y la memoria de las luchas.
A nadie le cabe duda que Zacarías Gracián hubiese repudiado el ataque patotero del que participó Pablo Grasso cuando por orden de Néstor Kirchner apalearon a los caceroleros en 2002. Tampoco nos cabe dudas de que lado se hubiese parado Zacarías Gracián, cuando la gobernadora Alicia Kirchner le pidió al entonces presidente Mauricio Macri, que envíe gendarmes para reprimir y despejar las rutas ocupadas por los obreros de la construcción que se quedaron sin trabajo tras la detención de Lázaro Báez en 2016.
Finalmente es para nosotros muy claro que Zacarías Gracián estaría en las calles con nosotros luchando por salarios que cubran el costo de la canasta familiar y no con un gobierno que sostiene, con tono patronal, que el mejor salario es el que se puede pagar.
Desde el Partido Obrero nos solidarizamos con las y los compas de la agrupación anarquista Kurt Wilkens y llamamos al pueblo obrero a repudiar esta profanación e intento de usurpación de la memoria de las huelgas del 21. Ningún defensor del régimen capitalista puede honrar la memoria de los obreros caídos en la lucha contra el capitalismo.
A cien años de una gesta histórica decimos Zacarías Gracián presente, ahora y siempre.
Juan Valentín, Partido Obrero Santa Cruz