Se termina este 2020 que sin lugar a dudas quedará en la memoria colectiva de todos nosotros.
La pandemia del coronavirus Covid–19 ha trastocado todos los órdenes de nuestras vidas. Y la educación no ha sido la excepción.
En Santa Cruz el presente año escolar comenzó con la trasnochada decisión del Consejo Provincial de Educación de promover de año a los estudiantes de Nivel Secundario más allá de la cantidad de asignaturas que adeudaran aprobar.
Esta determinación se llevó por delante todo el trabajo realizado por los docentes y el esfuerzo de los alumnos, amén que no puede sostenerse desde ninguna teoría pedagógica sólida. Solamente se puede entender desde la necesidad por parte del Consejo de construir un relato ficcional con las estadísticas oficiales.
A sólo dos semanas de comenzadas las clases, y como parte de las prudentes medidas adoptadas para la mitigación de la pandemia, el gobierno nacional determinó la suspensión de la presencialidad en las escuelas de todo el país.
Y es así como, literalmente de la noche a la mañana, millones de docentes, niñas, niños y jóvenes debieron adoptar una nueva forma de vincularse y llevar adelante la tarea enseñar y aprender.
Fue en este momento crucial donde se hizo indisimulable la ausencia de las autoridades del Consejo Provincial de Educación.
Docentes, estudiantes y familias se vieron librados a su suerte en la difícil empresa de sostener el denominado vínculo pedagógico.
Las semanas fueron transcurriendo y todo el peso de la responsabilidad recayó en las posibilidades que dichos actores tuvieron en aportar los recursos materiales, pedagógicos, culturales y sociales necesarios para afrontar un escenario inédito que se volvía cada vez más incierto y angustiante.
Entonces el resultado no fue otro que el que podía ser: una dramática desigualdad en las oportunidades que los diversos grupos de chicas y chicos tuvieron en el desarrollo de su escolaridad.
Se puso en evidencia como nunca antes las flagrantes diferencias sociales que se fueron profundizando en la provincia a lo largo de estos más de 25 años de gobierno kirchnerista.
El Estado provincial fue incapaz de salir en auxilio de los sectores más postergados para garantizar las condiciones necesarias y suficientes para que todos los estudiantes pudieran recibir una educación con la mayor calidad que el nuevo escenario hiciese posible: no se garantizó el servicio de conectividad en cada una de las localidades, no se proveyeron los equipamientos tecnológicos necesarios a los que no los poseían, no se implementó una política de acompañamiento hacia aquellos que empezaban a desvincularse del sistema educativo.
En paralelo, en medio de esta realidad que se hacía cada vez más evidente, y como si formaran parte de una escena surrealista, las autoridades del Consejo de Educación declamaban las acertadas políticas que desde dicha cartera se implementaban para sobrellevar el escenario de pandemia.
Si algo quedó en claro durante en este tiempo es que la escuela como institución social, y el vínculo presencial que tiene lugar allí entre docentes y alumnos, son insustituibles a lo hora de pensar en la formación personal, académica y social de las nuevas generaciones.
Lamentablemente, el Consejo ha venido desdeñando a las escuelas, y a sus directivos, maestros y profesores desde hace más de dos décadas.
Luego de transcurridos todos estos meses, debemos afirmar que no se ha visto por parte del gobierno provincial, como así tampoco del gobierno nacional, ninguna voluntad para implementar las políticas públicas necesarias que hayan permitido el retorno de los estudiantes a algún grado de presencialidad escolar, en el marco de los cambiantes escenarios epidemiológicos.
Por todo lo expuesto, desde Encuentro por la Educación, proyecto enmarcado dentro del espacio político Encuentro Ciudadano, le exigimos al Consejo Provincial de Educación se garanticen las condiciones para la vuelta a las clases presenciales en todas las escuelas de Santa Cruz a partir del comienzo del año lectivo 2021. Y que para que ello sea posible se lleven adelante de manera urgente y perentoria las acciones necesarias, fundamentalmente en todo lo relacionado a la infraestructura edilicia y a la previsión de los protocolos establecidos por el Consejo Federal de Educación en el marco de la pandemia de coronavirus Covid-19.
E instamos a las autoridades a comenzar los procesos de diálogo y consenso con los diversos actores de la comunidad educativa, principalmente con las entidades gremiales docentes y de los auxiliares de la educación, con el fin de articular las políticas pertinentes.
(*La imagen ilustrativa corresponde a una reunión de ‘Encuentro por la Educación’ en Río Gallegos)