En medio de la fuerte crisis económica que azota Venezuela, los residentes del pueblo costeño de Guaca han tenido mucha suerte de encontrar un verdadero tesoro en sus playas. El hallazgo de cientos de piezas de joyería ha generado especulaciones sobre su misterioso origen.
La localidad de Guaca, situada en península de Paria, una vez fue el centro de la industria de procesamiento de pescado en Venezuela. Ahora, este pequeño pueblo con sus 2.000 habitantes vive en difíciles condiciones por la falta de gasolina y el cierre de la mayor parte de sus pequeñas plantas empacadoras de pescado. En medio de esta situación, los residentes locales no tardaron en pensar que se trataba de un verdadero milagro.
El pescador de 25 años Yolman Lares fue el primero en encontrar los valiosos regalos de la providencia. El momento más extraordinario en su vida comenzó de manera más mundana: con una visita matutina al baño, informa el periódico estadounidense The New York Times. Mientras caminaba de vuelta a su cabaña situada en la costa, el pescador vio algo que brillaba en la arena. Lo rastrilló con su mano y sacó un medallón de oro con una imagen de la Virgen María.
«Empecé a temblar, lloré de alegría. Era la primera vez que me ocurría algo especial», recordó Lares en su conversación con el medio estadounidense.
La noticia sobre este descubrimiento se difundió rápidamente por el pueblo y sus 2.000 residentes se unieron a una frenética búsqueda del tesoro. Rebuscaron cada centímetro de la costa, excavaron arena alrededor de unos barcos pesqueros dilapidados e incluso durmieron en la playa para proteger sus pocos metros cuadrados de tierra y la incalculable fortuna que podían esconder, destaca el periodico.
Desde finales de septiembre han desenterrado cientos de joyas de oro y plata, adornos y pepitas de oro. Docenas de personas aseguraron haber encontrado al menos un objeto precioso, normalmente un anillo de oro. También había cazadores que consiguieron vender sus hallazgos por 1.500 dólares, según informes no confirmados.
Todas estas piezas ofrecieron a los vecinos un verdadero alivio en la difícil situación económica que ahora se vive en el país caribeño e hicieron creer en su origen divino.
«Este es Dios, estableciendo su agenda», supuso Ciro Quijada, que también encontró un anillo de oro.
¿Qué historia podría estar detrás de estos hallazgos?
Hasta la fecha nadie sabe cómo todo este tesoro acabó siendo esparcido por la playa de Guaca. El misterio se ha mezclado con el folclore, que se basa en unas leyendas sobre piratas caribeños, en unas tradiciones cristianas y otras posibles explicaciones.
La irregular costa de Guaca incluye bahías e islas que durante mucho tiempo han dado cobijo a los aventureros. Fue la península Paria la que el navegante español Cristóbal Colón pisó en 1498 para convertirse en el primer europeo en llegar al continente sudamericano. Más tarde, su línea costera apenas defendida fue asaltada regularmente por filibusteros holandeses y franceses.
Hoy en día, es un refugio para los contrabandistas de drogas y combustible y los piratas que atracan a los pescadores.
Durante semanas, en Guaca podía escucharse un gran número de especulaciones sobre el origen de estas joyas. Algunos calificaban al oro encontrado de una bendición, otros de una maldición que condenaría a cualquiera que lo tocara.
Una prueba química encargada por el New York Times para un eslabón de una cadena de oro descubierta en la playa de Guaca reveló que esta pieza fue fabricada probablemente en Europa en las últimas décadas.
La prueba mostró que la cadena estaba hecha de oro de 18 quilates de alta calidad, poco común en la industria nacional de Venezuela. También habría sido difícil producir esta aleación en condiciones premodernas, señaló Guy Demortier, un especialista belga en autenticación de joyas.
Por su parte, Chris Corti, experto técnico del Reino Unido, examinó las fotografías de varios objetos descubiertos en Guaca y sugirió que podían haber sido fabricados a mediados del siglo XX con fines comerciales.
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