El 16 de diciembre se cumplirá el aniversario de 20 años de la fundación del Polo Obrero. Festejarán el cumpleaños del Polo obrero decenas de miles de compañeros de todo el país, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, desde el impenetrable chaqueño hasta las barriadas de La Matanza. Festejarán juntos los compañeros bolivianos que lucharon contra el golpe de Añez desde la Argentina con paraguayos y peruanos, que ahora se movilizan en apoyo a la lucha popular en Perú. Porque en el Polo somos todos compañeros.
Celebrarán este aniversario los trabajadores y trabajadoras del ajo de Mendoza, yerbateros de Misiones, precarizados y precarizadas que en todo el país luchan por el pase a planta, trabajadoras de casas particulares que vienen reclamando contra los salarios de miseria. Todos, agrupados en las miles de asambleas que el Polo organiza en todo el país.
Porque eso es el Polo Obrero. Son sus compañeros que todos los días ponen en pie una organización de lucha en todo el país. Es la energía y la construcción que viene de los trabajadores más explotados de este país, de los y las desocupadas y desocupados, de los pibes que no tienen para morfar, de las mujeres que se organizan para derrotar la violencia de género. Es esa energía transformada en una organización capaz de paralizar desde la Ruta 12 en Wanda, cerca de las cataratas, hasta el ingreso a Río Grande, en Tierra del Fuego.
El Polo pudo poner en pie esa construcción porque tiene un programa de independencia política y porque lucha por un gobierno de los trabajadores. Le tocó al Partido Obrero (nos tocó) darle al movimiento piquetero de los orígenes, que tuvo un rol revolucionario en las grandes puebladas contra el menemismo, su expresión más consecuente. Esto no fue porque sí, tiene un motivo: es la unión entre los sectores con más necesidades, los más explotados de los barrios y el programa político que puede resolver los problemas de la miseria de todos los días. La reunión fundacional del Polo Obrero, en el local del sindicato de prensa Fatpren, se proponía unificar la lucha piquetera que crecía a nivel nacional. Y a 20 años hay que decir que el Polo ha sido un sostén enorme de esa pelea.
Esos problemas, el acceso al trabajo, al salario, la salud y la educación, nunca los resolvió el peronismo. Solamente pueden resolverse terminando con la explotación del capital, del estado y de sus partidos, o sea, con los planteos de la izquierda y del Partido Obrero. Por eso de la mano de las asambleas y de la lucha por trabajo, en los barrios fueron entrando también ideas del socialismo, de Marx, Trotsky y Lenin.
En estos 20 años, desde el inicio del movimiento piquetero, vimos muchas organizaciones combativas, muy combativas. Pero gran parte de ellas terminaron sometidas y transando con los gobiernos. Terminaron abusando de los compañeros, haciéndolos trabajar jornadas agotadoras, sin derechos laborales. ¿Por qué? Porque en lugar de luchar, en forma independiente para que gobernemos los trabajadores, se juntaron con el poder de turno, con los políticos patronales del PJ o hasta de Macri, que son los responsables del hambre.
El Polo Obrero es el Polo Obrero porque tenemos bien claro que estamos con los trabajadores contra todos los gobiernos que nos explotan. Por eso el Polo está en las tomas de fábricas, está bancando a los docentes en su lucha, está respaldando a los y las enfermeras, en todo el país. Porque venimos de los mismos barrios, porque luchamos contra los mismos enemigos. Porque somos la misma clase.
Este principio de clase es fundamental para el Polo Obrero. Logramos construir estos 20 años porque no nos apartamos ni un segundo de esta idea. Porque entendemos al desocupado como parte de la clase obrera, y por eso luchamos con los métodos históricos de los trabajadores: la asamblea, la huelga y el piquete. Porque solamente la unidad de la clase trabajadora, ocupada y desocupada, jóvenes y jubilados, compañeros, compañeras y compañeres, nos puede llevar a la victoria que es terminar con todas las formas de opresión.
Por eso luchamos contra las injusticias de cada día. En cada barrio, los delegados, los compañeros, los activistas se plantan contra los atropellos de los intendentes, de sus punteros, de sus mafiosos, de sus narcos, de su policía y de sus empresarios. Miles de compañeros se han acercado al Polo por eso: por sus asambleas, por su democracia interna, por su clima de debate y lucha común, cansados de los punteros, de los que abusan de los pobres, de la manipulación y el fraude de los políticos del sistema.
Porque acompañamos siempre los reclamos, es que estamos con todas las luchas de las compañeras. El Polo, donde las mujeres son mayoría, llevó a los barrios el debate por el aborto legal, que acompañamos porque sabemos que las pibas no pueden morirse más en abortos clandestinos en las condiciones mas terribles. Y en este fin de año, a 20 años de la fundación, queremos arrancar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito para no tener que lamentar ni una mujer menos.
Estos principios, muy sencillos, explican que hayamos crecido en estos 20 años. Enfrentando primero a De la Rúa y a Cavallo, que llevaron al país a la miseria y el hambre. Después a Duhalde, el responsable del asesinato de Kosteki y Santillán. En seguida, a Kirchner, que llegó de la mano de Duhalde, se metió en el bolsillo a la CGT y a muchas organizaciones sociales pero no resolvió las necesidades de los barrios ni de los compañeros. Estuvimos frente al gobierno de Cristina, socia de Pedraza, el asesino de Mariano Ferreyra. Luego contra Macri, peleando en los acampes nacionales, y finalmente, defendiendo los mismos reclamos, frente al gobierno de Fernández. Reclamamos, incluso bajo la cuarentena, la urgencia de un subsidio al desocupado y los insumos para los comedores. Peleamos contra los desalojos en Guernica y en todo el país, por un congreso nacional de la lucha por tierra y vivienda.
A 20 años, viva el Polo Obrero.