La escalada de casos en Brasil enciende luces de alarma en la Argentina, donde el gobierno espera que se mantenga la baja de casos hasta abril, cuando regresa el frío. «Mientras más se relaje la cuarentena, más casos habrá. Hay una estacionalidad, pero sin medidas de prevención van a subir los contagios», advirtió un especialista a LPO, para explicar porque a días del inicio del verano Brasil vive un fuerte repunte de casos.
Con un aumento de muertos que ronda el 45% para una media de 14 días, la segunda ola de coronavirus parece haber comenzado en Brasil. La suba de contagios para una media de siete días alcanzó esta semana el 71% y es el mayor incremento desde mayo pasado.
Londres y Madrid ya superan a Buenos Aires en casos diarios cada 100 mil habitantes
«Hay una estacionalidad de los virus respiratorios, pero no está comprendido ese fenómeno y existen varias teorías. Los virus respiratorios tienen picos en invierno, la saliva es más estable en bajas temperaturas y permanece más tiempo en el aire. Pero el aumento de los contagios no solo tiene que ver con eso. Si la gente deja de cuidarse como pasa en Brasil y ocurrió en Europa, deja de usar tapabocas y se junta en espacios cerrados van a subir los casos», explicó a LPO un especialista que prefirió mantener su nombre en reserva.
Los virus respiratorios tienen picos en invierno, la saliva es más estable en bajas temperaturas y permanece más tiempo en el aire. Pero el aumento de los contagios no solo tiene que ver con eso. Si la gente deja de usar tapabocas y se junta en espacios cerrados, van a subir los casos.
Otra de las cuestiones que enciende las alarmas es la posibilidad de que ingresen turistas de países limítrofes a la Argentina para la temporada estival. Si bien todos deberán realizarse tests antes de ingresar, el aumento de casos puede generar complicaciones.
Brasil fue uno de los países del mundo más afectado por la pandemia y tiene más de 6 millones de casos y supera los 168 mil muertos. Sin embargo, la enfermedad pareció dar un respiro después del pico de fines de julio.
El 30 de julio se registró una media para siete días de 46.263 casos que el 12 de septiembre bajó a 27.454. El 18 de octubre continuó el descenso y hubo 20.052 en el promedio semanal. El 6 de noviembre llegó a su punto más bajo desde mayo con 16.139 nuevos infectados. Pero desde ese momento los contagios y las muertes no paran de subir.
A esta situación se suma otro dato: en al menos seis capitales, Porto Alegre, Curitiba, Florianópolis, Manaos, Vitória y Rio de Janeiro, la ocupación de las camas de terapia intensiva supera el 80%.
El Rt, que mide la tasa de reproducción del virus llegó en Brasil supera el 1 desde el 11 de noviembre. Si el número es mayor a 1 indica que los contagios están en alza, mientras que si está por debajo implica que disminuyen. La cifra llegó a 1,12 el 16 de noviembre y es la marca más alta desde el 10 de agosto pasado.
«Brasil ya está en la segunda ola de Covid-19», aeguró Domingos Alves, responsable del Laboratorio de Inteligencia en Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP), en Ribeirão Preto a la BBC.
El investigador plantea incluso que el problema puede ser mayor. «Desde mediados de septiembre se agrava el problema del subregistro, porque se están realizando menos tests, y entre los que se están realizando, cada vez hay menos pruebas de PCR, que son más precisas, y más pruebas rápidas, que dan mucho falso negativo», señaló.
Ahora hay esa cháchara de la segunda ola. Hay que enfrentarla si la hay, porque si la economía se hunde seremos un país de miserables.
En San Pablo ya están aumentado las internaciones por Covid-19 y si bien principal estado de Brasil tiene mejores números que Porto Alegre o Río de Janeiro, se suma un problema adicional.
La capital estadual celebra sus elecciones municipales y se espera que la cantidad de actos públicos sea mayor que para la primera vuelta del 15 de noviembre. Cuando comenzó la campaña había una meseta con tendencia a la baja en los contagios, pero el segundo turno será el 29 de noviembre y se supone que los nuevos contagios seguirán subiendo. La ocupación de las UTI en San Pablo pasó de 499 el 6 de noviembre a 693 dos semanas más tarde.
Jair Bolsonaro desestimó la idea de una segunda ola. «Ahora hay esa cháchara de la segunda ola. Hay que enfrentarla si la hay, porque si la economía se hunde seremos un país de miserables», afirmó el presidente brasileño.
Fuente: La Política Online