El aumento del sedentarismo tiene implicancias negativas en el largo plazo: una de ellas es la sarcopenia, que consiste en la disminución de la cantidad de células musculares. Tiene impacto en el aumento de peso y posibilita el aumento de lesiones. Claves para prevenirla y tratarla.
Con el cierre de gimnasios y clubes por el COVID-19, la interrupción de rutinas de entrenamiento es una realidad que trae consigo, además del aumento de peso, la pérdida de masa muscular.
“Así como se produce en el cuerpo la pérdida de células óseas, -que primero generarán osteopenia y luego osteoporosis-, con el paso de los años también se produce la sarcopenia, que consiste en la disminución de la cantidad de células musculares. Esto hace que el metabolismo basal, es decir, el consumo de energía que existe diariamente para mantener la masa muscular, disminuya. Tener menor masa muscular implica mayor facilidad para ganar peso. Esto se debe a que el músculo por sí mismo gasta energía, por lo tanto, elimina grasa, además de producir cientos de sustancias antiinflamatorias que ayudan a prevenir enfermedades.” explica la Dra. Valeria López Mecle (MN 110137), médica especialista en estética y nutrición directora de Bioaurea y una de las expertas de BTL Aesthetics Argentina
Cuando faltan células musculares, las pocas que quedan se convierten en un blanco de las grasas: se depositan entre medio de ellas, y comienza a alterarse todo el metabolismo interno, como por ejemplo el de la glucemia, que puede favorecer a la larga la insulino resistencia y diabetes. Si se aumenta la masa muscular, se puede evitar o retrasar la aparición de este proceso.
Quienes no estén haciendo actividad física deben tener en cuenta el cuidado de una parte esencial del cuerpo: el core o núcleo. Se llama así a varios grupos musculares que están en el centro de nuestro cuerpo (rectos abdominales, glúteos, oblicuos, psoas, entre otros), y son los músculos que más calorías gastan. Es necesario que en las rutinas de entrenamiento se incorporen ejercicios para fortalecer el core. Según un estudio* publicado en la revista científica “Lasers in Surgery and Medicine”, se demostró a través de resonancia magnética que existe una terapia de energía electromagnética de alta intensidad (HIFEM, por sus siglas en inglés) que incrementa el músculo recto abdominal en un 16% de manera manera eficiente y segura.
Actualmente en la Argentina, los pacientes que quieran fortalecer sus músculos con esta tecnología, lo podrán hacer en un ambiente seguro y bajo normas de bioseguridad, dentro de un consultorio médico. “A través de esta tecnología llamada EMSCULPT, está clínicamente comprobado que al cabo de 4 sesiones el paciente logrará desarrollar su masa muscular en un 16%, generando el aumento de fibras musculares, tanto en volumen (hipertrofia), como en cantidad (hiperplasia). Además, producirá una pérdida de células grasas en un 19%, quemando la grasa rebelde difícil de eliminar con dieta y ejercicios convencionales.” explica la Klga. Valentina Urbina, especialista clínica de BTL Aesthetics (MN. 15455). Este tratamiento resulta tan potente que logra formar nuevas fibras musculares y fortalece la musculatura core.
Nadie sabe cuánto más se prolongarán las medidas de aislamiento. Por eso, estos nuevos métodos para el desarrollo muscular llegaron para quedarse, y son muy efectivos para no relegar el cuidado del cuerpo, la salud y el bienestar.