La multas no son la salida. El ibuprofeno inhalado y la cuarentena no alcanzan Necesitamos reforzar con un mayor presupuesto, que cubra insumos y personal, para fortalecer el sistema sanitario
En los últimos días la crisis sanitaria y la falta de pericia por parte del gobierno frente a ella se ha puesto en el centro del debate político y de la opinión pública. En este marco, “Ibuprofeno inhalado sí o no” parecería ser una bandera en la disputa entre el gobierno y la oposición parlamentaria en la cual pretenden embarcar al conjunto de la población. Sin embargo, estas manifestaciones populares que se vivieron en Río Gallegos estos últimos días demuestran la disconformidad generalizada del pueblo frente al abordaje de la crisis sanitaria que realiza el gobierno santacruceño, identifica con claridad la entrega sin reconocimiento que realiza el personal de la salud y se opone taxativamente al carácter punitivista y recaudatorio con que la gestión municipal intenta frenar la curva de contagios.
En este contexto, la propia cuarentena que hasta aquí ha sido la única medida acertada y con cierta eficiencia para frenar los contagios -con la excusa de ganar tiempo para cuando se agravara el cuadro- ha dejado de ser la vaca sagrada y también se ha puesto bajo la lupa y el cuestionamiento. Es que después de más de 200 días no se ha fortalecido el sistema de salud para hacer frente al problema, cuando llegará el pico de contagios y las terapias UTI al 100%.
De todas maneras, en Río Gallegos no se está gestando un movimiento anti cuarentena sino anti gobierno. El grueso de la población, más allá de la confusión generalizada que impera por el temor a la pandemia y el desconocimiento de cómo se comporta el virus y el escaso poder de fuego del sistema sanitario provincial, han identificado con claridad a los culpables de este estado de situación en materia sanitaria.
No entraremos en el intercambio de chicanas que propone permanentemente el Intendente de Río Gallegos, quien declara que pidió colaboración y le respondieron con marchas. Está claro que Pablo Grasso intenta desviar la atención y presentar a los manifestantes como producto de la manipulación, sin comprender o no queriendo reconocer el cansancio y la bronca de gran parte de la población
Desde el Partido Obrero insistimos con un programa claro y concreto frente a esta crisis en la cual evidentemente la cuarentena ya no alcanza y el gobierno debe comprometer un mayor presupuesto. Si quiere verdaderamente proteger la vida de los habitantes de Santa Cruz.
Testeos masivos para identificar los pacientes asintomáticos, aislarlos y realizar un tratamiento y seguimiento que tenga como objeto central evitar por todos los medios posibles que contribuyan a la propagación del virus, como así también que dichos pacientes sean tratados a tiempo descomprimiendo el sistema hospitalario largamente colapsado. Esta semana nuevamente se colmó la capacidad de la UTI del hospital regional de Río Gallegos. Denunciamos una vez más la falta de previsión e inversión por parte del gobierno de Alicia Kirchner: recién ahora “se analiza” (Tiempo Sur, 27/10) la utilización del Hospital Militar para mitigar el desastre sanitario.
Es imprescindible que el gobierno cumpla con los reclamos del personal sanitario: los salarios y bonos comprometidos, y el equipamiento con los insumos necesarios para que se proteja al máximo su salud. Cualquier frase de reconocimiento sin recursos es un acto de miserable hipocresía.