Por Marcia Dell’Oca12/08/2020
La cuarentena lleva 144 días y es la más larga del mundo. Fue exitosa en muchos sentidos: mantuvo el sistema médico sin saturar y le dio tiempo a ampliar su capacidad, contuvo el ritmo de los contagios y morigeró la mortalidad del virus al punto que hoy Argentina cuenta con menos de un cuarto de los muertos que tiene Chile por millón (106 vs 532) o Brasil (480).
No son logros para minimizar, pero la cuarentena no puede ser eterna y muestra signos de saturación relevantes: la economía va rumbo a perder el 12% de su PBI, la pobreza se disparó (con el consecuente deterioro para la salud de la población) y el costo psicológico de un encierro tan prologando es difícil de medir, pero evidente. Con un elemento que suma ansiedad: la ralentización de la curva estiro la llegada del famoso pico y ahora la Argentina vive con una curva ascendente de casos que parece no tener fin.
En algunos casos, el levantamiento del aislamiento social fue progresivo y dirigido; y, en otros, se da de facto y anárquicamente porque muchos no soportan más el encierro, la soledad o la desesperación de estar perdiendo su fuente de ingresos. Por eso, muchos países trabajaron fuertemente en una estrategia complementaria a la cuarentena, yendo activamente a buscar el virus y administrando los cierres para atenuar la curva de contagios sin pararlo todo.
Los resultados son mixtos. Algunos países como Alemania lo hicieron desde el comienzo con bastante éxito y otros lo hicieron más a los tumbos como Chile, pero ambos consiguieron llegar al pico de contagios y entrar en la mitad descendente de la curva, al punto que este martes el nuevo ministro de Salud, Enrique País, pareció tomarse revancha de las filminas que Alberto Fernández utilizó, poniendo a Chile como mal ejemplo de manejo de la pandemia. «Otros países, que tanto nos critican, no hacen ni la mitad de los exámenes que hacemos nosotros. ¿Y que han dicho hoy? Que van a dar a conocer los fallecidos recién en un año mas», sostuvo el ministro, apoyándose en una nota de La Nación.
Alemania, por ejemplo, llegó a 5933 casos en un día en 27 de marzo y desde entonces ha ido decreciendo. Actualmente ronda los 880 casos diarios, un 160% más que hace un mes, pero sostenidamente lejos del pico de fines de marzo y comienzos de abril. Así pasó de los 284 muertos diarios a fines de abril a los fallecidos por día en promedio actual. Y actualmente con 111 fallecidos por millón.
En cambio en Argentina, el pico de la pandemia parece no llegar más. Pasamos de los 3193 casos en promedio un mes atrás a los 6732 casos diarios. Esto indica por un lado que la duplicación de casos requiere más de un mes, lo que es una excelente noticia, pero a la vez señala que los casos siguen subiendo y que las condiciones estadísticas para la reapertura no se condicen con la paciencia ni con la capacidad económica del país. Señala entre otros datos la columnista de la Política Online
Fuente: La Política Online